Una vez, una paciente joven me dijo con los ojos llenos de lágrimas: (es alguien que me autorizó para contar ésta anécdota):
“Estoy cansada… pero no de dormir. Estoy cansada de mí. De exigirme tanto. De sentir que nunca alcanza.”
Esa frase me resonó. Y la escuché en más de una ocasión.
La repiten, con palabras distintas, estudiantes sobresalientes. Profesionales exitosos. Personas que desde afuera parecen tenerlo “todo”, pero por dentro sienten que se están desmoronando.
Estamos viviendo una época donde estar agotada es casi parte del currículum.Como si vivir al límite fuera una forma de validar que estás “haciendo las cosas bien”.Spoiler: no lo es.
¿Qué es realmente el burnout?
No es solo estar estresada.Es llegar a ese punto donde te desconectas.De tu trabajo, de tus emociones… de ti misma.
Es despertarte con el cuerpo en automático y el alma en pausa.Es dejar de disfrutar lo que antes te entusiasmaba.Es vivir haciendo, pero sin sentir.
Y la ansiedad, como si fuera poco, camina al lado.Silenciosa. Insistente.Se manifiesta en el insomnio. En el pecho apretado. En esa sensación de que algo está mal, aunque no sepas exactamente qué.
A veces, es un nudo en la garganta.O un pensamiento que no te suelta: “tienes que hacer más”.
¿Por qué nos está pasando esto?
Porque nos enseñaron que valemos por lo que producimos.Que descansar es perder el tiempo.Que si no estás corriendo… estás quedándote atrás.
Y así, sin darnos cuenta, confundimos productividad con valor personal.Y terminamos agotadas. Disociadas. Tristes.
¿Qué veo en consulta?
🔹 Jóvenes brillantes que sienten que no están logrando suficiente.🔹 Profesionales que se sienten culpables hasta por tomarse un fin de semana libre.🔹 Personas que no saben cómo parar… sin sentir que están fallando.🔹 Cuerpos con migrañas, gastritis, contracturas, taquicardias… porque la mente ya no puede más.
Y lo peor: muchas creen que esto es normal.Que así es la vida adulta.Que crecer duele.
Pero no.No tiene por qué doler así.
¿Entonces qué hacemos?
No hay recetas mágicas. Pero sí caminos posibles. En terapia, trabajo con mujeres y hombres que están listos para escuchar lo que su cuerpo lleva tiempo intentando decirles.
Y aquí van algunas claves que conversamos mucho:
🧠 No tienes que poder con todo. Esa expectativa no es humana.😮💨 Sentir no te hace débil. Te hace honesta contigo.📌 Decir “no” también es cuidarte. No eres mala por poner límites.🌿 Descansar no es un privilegio. Es una necesidad básica.💬 Pide ayuda. No tienes que llegar al colapso para validar tu malestar.
No, no eres tú “siendo dramática”.
Es tu cuerpo pidiendo auxilio.Es tu mente diciendo “ya no puedo más”.Es tu alma suplicando una pausa.
Y no estás sola.No estás fallando.Solo estás agotada.
Y mereces sanar.Mereces una vida que no duela tanto.Mereces sentirte en paz contigo.
Estoy aquí para acompañarte.Con escucha real, sin juicios, con herramientas que te devuelvan un poquito de aire… y de ti.
Excelente artículo!